Cuando tenemos una caries y el diente requiere una restauración, las dos soluciones más frecuentes son la resina o la incrustación.
Aprovechamos para contarte que ya no hacemos coronas casi nunca, salvo cuando estamos reponiendo una corona que el/la paciente tenía desde antes. La tecnología digital y la filosofía ADITIVA, nos permite evitar hacer coronas con mucho mejor pronóstico a largo plazo, conservando más tejido natural, menos tiempo de tratamiento, y además es color diente.
Cuando la caries o zona a restaurar no es muy grande la resina es la mejor elección y se mantiene mucho tejido de diente. Se hace en una sola cita, directamente sobre el diente restaurando su anatomía, es más económico pero a largo plazo no es tan estable, si queremos algo más duradero, tenemos que pensar en una incrustación.
Cuando nos encontramos con caries o zonas a restaurar más grandes lo mejor será realizar una incrustación. La diferencia clara es que esta es realizada y diseñada fuera de la boca con tecnología digital, por lo que se ajusta con exactitud a la zona de la boca a restaurar. Es menos propensa que la resina a fracaso por su perfecto sellado.
Requiere 2 citas, es un poco más costoso pero con mejor pronóstico, y esto significa que a largo plazo estamos cuidando más tu diente.
Ambas opciones son muy buenas y dependerá de la evaluación que hagamos en tu consulta para poder determinar las distintas posibilidades de tu tratamiento.